domingo, 12 de mayo de 2013

Pequeños placeres

Quitarse los zapatos al llegar a casa

En el artículo de hoy sobre los pequeños placeres os voy a hablar sobre un placer que a veces puede pasar inadvertido, por lo que me apetece mucho transmitíroslo. Se trata de, después de un largo día en el trabajo, o en el instituto como es mi caso, al llegar a casa y quitarme los zapatos siento un pequeño placer que no había sentido en el resto del día. Puede parecer una tontería pero en mi caso la sensación de alivio es inmensa. La dimensión de este placer es proporcional al grado de cansancio que tenga en ese momento, pero siempre es un placer para mí.
Nada mas entrar por la puerta saludo a mi familia y voy a mi habitación, donde dejo todo el material del instituto y me cambio de calzado. Desde el momento en el que empiezo a quitarme los zapatos empiezo a sentir placer, un placer que puede durar unos 10 segundos aproximadamente. En mi opinión este placer se debe al alivio que supone llegar a casa ya que, en el momento en el que me quito los zapatos, mis pies se sienten totalmente liberados. Sin embargo, es curioso que este pequeño placer dure tan poco tiempo, es como si los pies estuvieran asfixiados y les faltara el aire pero, en cuanto los dejas en libertad van tomando aire y el placer va disminuyendo hasta esfumarse.



2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este artículo, porque cada día que llego a casa, lo primero que hago es quitarme los zapatos. Estoy mucho más cómoda y siento como si una parte de mi que estaba agobiada y cansada desapareciese. Al igual que dice ahí, siento una liberación pero sólo al principio, al cabo de un tiempo ni si quiera me paro a pensar la liberación que sentía, son pequeños detalles, que si te fijas bien, desde mi punto de vista, puedes darte cuenta de que simples cosas, pueden hacerte sentir muy bien.

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  2. Me siento muy identificada con este texto, ya que lo primero que suelo hacer al llegar a mi casa es quitarme el calzado y lo más curioso es que nunca me había planteado porque era lo primero que hacia y este articulo me ha echo preguntármelo.
    Pienso que es una necesidad que te lo pide el cuerpo involuntariamente ya que al quitártelos tienes una sensación de libertad y comodidad placentera aunque dure pocos segundos, pero ese pequeño placer nos hace sentir mejor.
    En este texto nos podemos dar cuenta de que los pequeños detalles marcan la diferencia y que estamos rodeados por millones de ellos cada día y que solo nos hace falta cosas simples para ser feliz.

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