domingo, 12 de mayo de 2013

Pequeños placeres

Quitarse los zapatos al llegar a casa

En el artículo de hoy sobre los pequeños placeres os voy a hablar sobre un placer que a veces puede pasar inadvertido, por lo que me apetece mucho transmitíroslo. Se trata de, después de un largo día en el trabajo, o en el instituto como es mi caso, al llegar a casa y quitarme los zapatos siento un pequeño placer que no había sentido en el resto del día. Puede parecer una tontería pero en mi caso la sensación de alivio es inmensa. La dimensión de este placer es proporcional al grado de cansancio que tenga en ese momento, pero siempre es un placer para mí.
Nada mas entrar por la puerta saludo a mi familia y voy a mi habitación, donde dejo todo el material del instituto y me cambio de calzado. Desde el momento en el que empiezo a quitarme los zapatos empiezo a sentir placer, un placer que puede durar unos 10 segundos aproximadamente. En mi opinión este placer se debe al alivio que supone llegar a casa ya que, en el momento en el que me quito los zapatos, mis pies se sienten totalmente liberados. Sin embargo, es curioso que este pequeño placer dure tan poco tiempo, es como si los pies estuvieran asfixiados y les faltara el aire pero, en cuanto los dejas en libertad van tomando aire y el placer va disminuyendo hasta esfumarse.