jueves, 28 de febrero de 2013

Experiencia nº 88: Deambular por la noche


Deambular por la noche

Al contrario de lo que parece, hasta de la experiencia más simple se puede reflexionar. En nuestro caso vamos a reflexionar sobre las sensaciones de deambular por la noche en la oscuridad. Todo el mundo ha caminado alguna vez solo por la noche y es ahora cuando vamos a reflexionar sobre esta experiencia de lo más cotidiana. La sensación más común es la del miedo o terror. Esto se debe en mi opinión a que normalmente estamos acostumbrados a realizar nuestra vida de día, en horas de sol, mientras que por la noche solemos dormir. Es éste uno de los motivos más importantes por los cuales la oscuridad horroriza a la gente.




Con respecto a mi caso en concreto al principio sentí un poco de miedo pero a la vez que pasaba el tiempo y seguía caminando empecé a sentirme a gusto en aquella situación. A la vez que iba pasando el tiempo yo estaba mas familiarizado con la noche hasta llegar al punto de imaginarme yo mismo los objetos que se encontraban más allá de mi campo de visión y, aún más raro, el color de los edificios oscuros que tenía a mi alrededor. 




Esta experiencia la realicé dos veces, una vez fue acompañado y otra vez solo y las sensaciones fueron totalmente distintas. Cuando deambulas por la noche acompañado las sensaciones son menos intensas ya que te sientes en gran parte refugiado por la persona que tienes al lado y la imaginación no aparece o lo hace de una manera insignificante. En cambio, cuando la realicé en solitario al principio lo pase un poco mal pero poco a poco ese miedo fue desapareciendo y dio pie a que mi imaginación se pusiera manos a la obra, cosa que me resulto bastante divertido y, en conclusión, acabé por así decirlo haciéndome amigo de la noche.
En definitiva la noche no se puede considerar como algo malo ni bueno sino que, sinceramente, es otra vida distinta a la del día que os recomiendo que conozcais.




lunes, 18 de febrero de 2013

La F de las formas de Platón



  • En el libro VII de la República de Platón, el mito de la caverna, Platón cuenta como los personajes que se encuentran en el interior de la caverna encadenados, de espalda a un fuego y viendo las sombras de la gente pasar se piensan que esa es la realidad y cuando uno consigue soltarse y ver pasar a la gente realmente piensa que ha visto la verdadera realidad. Evidentemente, cuando va a contárselo al resto lo toman por loco y no lo tienen para nada en cuenta.¿Cómo podría convencerles? A Platón le pasa lo mismo cuando intenta convencer de la existencia de un mundo ideal en el que están las formas. No se trate de revalorizar a este mundo sobre el otro que todos vemos sino hacernos ver que en el mundo sensibles somos engañados al igual que lo eran los prisioneros en la caverna cuando veían las sombras y, por tanto, según Platón ni lo que nosotros vemos bello, ni los objetos que vemos son reales. Por ejemplo las sillas que vemos no son sillas reales, la única silla real es la silla ideal que se encuentra en el mundo de las Formas y así pasa con todo lo demás. Lo que nosotros percibimos son únicamente opiniones y la realidad sólo la puede conocer el filósofo.



Mito de la caverna